Parece que ya llegó el frío….¡Y de qué forma!
He pasado unos días resfriada, con malestar y tosiendo como un fumador empedernido a los 80 años, pero a veces creo que esto son avisos que me da el cuerpo para que baje el ritmo que llevo y duerma un poco más. A una media de 5 ó 6 horas al día, pues se acaba notando, y más ahora, que son las 2 y no hay quien me duerma, pero de repente me da un sueño tan profundo que cuando me despierto no sé ni donde estoy ni que hora es…cositas curiosas que le pasan a una cuando se preña, mira…
Y bueno…sigo con mis recetillas…debo deciros que adoro los patés…de toda la vida. Supongo que es porque lo que sea untado en pan ha sido siempre mi perdición. Mi madre siempre dice que si no fuera por el pan se hubiera muerto de hambre, y a mí me pasó lo mismo (malas comedoras hemos sido ambas, la verdad).
Pues desde que tengo uso de razón, los mejores momentos con mi familia han sido los desayunos los fines de semana, mientras mi madre hacía tostadas que no se acababan nunca y nos las comíamos con todo lo que pillábamos: nocilla, sobrasada, «fuagras», queso, salchichón, mantequilla y mermelada, mezclas extrañas de todo lo anteriormente citado…una locura vamos. Es curioso que para la mayoría de personas, la comida sea siempre la excusa para relacionarnos, para socializar; una buena conversación sin algo de comer o de beber…es como que no está completa ¿verdad? Por eso hay veces que las sobremesas de después de comer pueden llegar a las 7, las 8 de la tarde…mientras hay comida y bebida hay conversación. Y eso es algo que a mí me gusta mucho.
Otra cosa cierta es que cuando por fin te decides a dar el paso a ser vegetariano o vegano, pues obviamente, hay un montón de alimentos que forman parte de tu rutina culinaria que ya no vas a comer más…y la verdad, no es difícil acostumbrarte, pero en reuniones familiares o de amigos es conveniente que esto lo tengas en cuenta, y si no cocinas y vas de invitad@, siempre puedes optar por llevar algún tipo de paté como este o como el hummus, el baba ghanoush, cosas sencillas para preparar en un ratete y para compartir con los tuyos (y el pan que no falte, claro :P)
A mí este paté en concreto me encanta. Porque es súper untuoso, tiene un sabor estupendo y además, lleva una cantidad interesante de anacardos, que aportan mogollón de nutrientes (magnesio, potasio, fósforo, selenio, vitamina E y ácido fólico), además de proteínas y grasas de origen vegetal. O sea, que recomendable 100%. Y además requetefacil. No tenéis excusa 😉
Ingredientes:
3 Zanahorias
1 Taza de Anacardos o 120 grs. (si son crudos mejor, si no los encontráis, pues fritos y os ahorráis echarle sal)
1 Cucharadita de Ras Al Hanout
1 Cucharadita de Eneldo
NOTA: En alguna ocasión ya os he hablado del Ras Al Hanout, es una mezcla de especias típicas marroquíes. Se encuentran fácilmente en las tiendas Halal que tienen en casi todos lados, y si no dierais con ellas podéis añadir curry o comino y también está espectacular 🙂
Para preparar este paté, nada más sencillo: pela y trocea las zanahorias y ponlas a cocer unos 15 minutos. Cuando estén tiernas, echa todo en el vaso de la batidora y trituralo todo. Añade un chorrito de aceite de oliva para darle mejor textura y sirve espolvoreando con un poco de eneldo por encima.
Y esto queda tal que así:
Bueno, en mi defensa debo decir que mi cámara no sirve para hacer estas fotos. Veo los blogs de cocina con esas fotos maravillosas que con echarles una ojeada ya comienzas a salivar, y luego veo las mías y se me cae el alma a los pies, porque todo lo que hago, cuando lo fotografío tiene el mismo color naranja, aunque lleve cosas distintas jajajaja…no lo acabo de entender, pero os doy mi palabra que en cuanto rompa mi hucha, proveeré para una buena cámara que llevo un montón de tiempo queriéndome comprar una para mejorar mi arte tomando instantáneas…
Espero que probeis, y me lo contéis, a ver qué os parece.
Abrazossss!! 🙂