¡¡Buenas Nuevas!!

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Hola a todos…en mis 19 semanas de embarazo casi cumplidas, por fin esta semana he ido al ginecólogo a mi revisión de la mitad de este proceso tan intenso. Todo el mundo estaba expectante por si me decían el sexo del bebé. Habían hecho hasta una porra entre mi familia y amigos (supongo que es algo la mar de habitual en estos casos, pero a mí me ha hecho mucha gracia ver como tóda mi gente cercana ha volcado de algún modo sus expectativas en este bichejo que llevo dentro) Todas las mujeres de mi familia querían una nena, porque el clan materno ha sido siempre un matriarcado…menos mi primete todas somos mujeres. Mi familia paterna…bueno….mitad y mitad (mi tio quería nene, mi padre indiferente…y así) Y luego todos mis amigos que también han hecho sus cábalas. Realmente me ha encantado ver cómo me daban su opinión y sus razones, la verdad es que me conocen mejor de lo que yo pensaba 🙂

El otro día fuí a Cruz Roja (ya os hablaré de mi labor allí como voluntaria con mis abuelos) y vino una de mis súper yayas, Luisa…no sabía que estaba embarazada, pero enseguida me tocó la barriga arriba y abajo y me profetizó tajantemente que tenía «panza de llevar niño». La verdad es que para mí han sido unos meses en los que he estado tan centrada en problemas, angustias y estreses varios porque todo saliera bien, que mientras no fueran saliendo mal las cosas, el sexo era algo secundario para mí.

Pues bien, fuí a la visita después de una mañana algo movida porque por un tonto malentendido por falta de comunicación (que es por lo que se producen los altercados siempre en mi entorno) mi madre y mi tía se encabronaron conmigo por una tontería, con lo que llegué a la consulta atacada de los nervios, con mi madre y sin mi tía al final, que se fué a su casa enfadadísima.

Así que empezaba un poco como el culo uno de los momentos más felices de esta etapa. Pero bueno…nos serenamos como podemos, hacemos la espera reglamentaria en el Hospital de una hora y media y al final entro a consulta, le digo al Ginecólogo que llevo la pierna para arrancármela y tirarla al primer contenedor que pille del dolor tan intenso y que qué puedo hacer. Me dice tan tranquilamente que llevo pinzado el nervio femoral y que me resigne que va a ir a más…lo que me faltaba ya…ayyy.

En fín, que me tumbo más nerviosa que un gremlin en su bautizo, empieza a hacerme la ecografía y por fín sabemos lo que es 🙂

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«Ya sabías que llevas un niño ¿no?» «¡Guau! Nooooo, no lo sabía». «Pues sí, mira la pistola» Y me enseña una foto de una especie de habichuela rara con una especie de brazo que me señala como su pene…y bueno…yo es que si las ecos no son claras me pasa igual que cuando éramos adolescentes y nos decían que achináramos los ojos cuando poníamos el canal plus codificado y que así lo veríamos de maravilla. Pues igual, sin distinguir nada…

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Al menos me quedé muy aliviada porque me dijo que todo estaba muy requetebien, que siempre ha sido lo que más me ha quitado el sueño. Me dijo que tanto el cordón umbilical, como el resto de los órganos, y la cabecita, todo estaba bien y con un tamaño dentro de los márgenes. Incluso el latido (que a mí sinceramente me pareció una de esas psicofonías que saca el Iker Jiménez en Cuarto Milenio…jarl!), todo estaba perfecto. Me alivió mucho saber todo esto, pero por otro lado me dejó un poco intranquila el no haber visto ninguna foto de mi bicho…me esperaba, no sé…intuir la cabeza, el cuerpecito…no hubo suerte. Porque yo, que soy una paranoica pienso «Vale, todo lo tiene bien, pero ¿lo tendrá todo en su sitio?». Igual porque estaba cardíaca por el día, por el dolor por la pierna, no lo sé….pero me dió mucha rabia no poder ubicarlo…

Pero bueno…centrémonos en lo importante….Voy a tener un niño!! Lo dije a muy poquitas personas, pero tenía la sensación desde el principio de que como nunca he conseguido entender a los hombres, la vida me traería un nene para ver si así puedo comprenderlos de una santa vez :P. Y así va a ser.

Y ya tengo nombre para él: se va a llamar TEO 🙂

Desde el primer momento mi hermana, cuando se quedó embarazada tuvo muy claro que si era nene se llamaría Teo, como uno de nuestros amigos/hermanos con los que nos hemos criado, como el padre de la mejor amiga de mi madre, que es como nuestra segunda madre que también se llamaba así (Teodoro). Al final fue niña y la llamaron Vera <3. A mí me gustan los nombres cortos así que se queda en Teo solamente. Mi tio Paco, después de emocionarse cuando le dije que era niño, me dijo que cómo se me podía ocurrir llamarle Teo (del latín Theo, «Dios»). Nadie en mi familia es practicante, y si cabe, somos todos nosotros bastante críticos con todas las religiones. Así que me sugirió que le pusiera «ATEO». Y ya tenemos el chascarrillo gracioso, pero lo cierto es que siempre me ha encantado la controversia, y ya tengo más razones para estar convencida de que ese será su nombre (y cuando me enfade le llamo Ateo y ya está jajajaja)

Así que supongo que así va esto…una de cal, otra de arena. Vivir esta experiencia está siendo algo brutal ciertamente.

Nos vemos pronto!!

Abrazos.

 

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