Ir cambiando poco a poco los hábitos alimentarios es un proceso que no es fácil en la mayoría de los casos, pero lo cierto es que tiene cosas maravillosas, como las de descubrir platos exóticos y sencillos de hacer como este, y sin sufrimiento animal. El estudio publicado por la OMS recientemente sobre la carne roja y su consumo relacionado con el cáncer ha provocado unas semanas de bastante ajetreo en todos los ámbitos como ya habréis notado. Supongo que nadie se habrá planteado a raíz de esto que la carne es mala, o incluso dejar de comerla. Pero creo que sí ha empezado a crear cierta conciencia sobre la cantidad de carne que consumimos hoy por hoy en esta sociedad, que es excesiva. Si lo piensas bien, no hay día que no consumas carne o pescado. Yo me he pasado media vida de dieta en dieta para intentar perder kilos, y esas dietas siempre incluían carne para comer y pescado para cenar al menos 5 días a la semana, lo cual es una verdadera barbaridad. Es curioso cómo hemos interiorizado este fenómeno que provoca diariamente millones de muertes de animales, en mataderos y en el mar. Y ese consumo tan brutal implica que cada vez se pesquen peces más pequeños, se maten antes a los animales, engordándolos más rápido a base de química y antibióticos que luego pasan a nuestro organismo y lo peor, a vivir y morir sometidos a una crianza intensiva terriblemente cruel para que nos sirvan de plato gourmet cada día. Y nos parece normal. Y cuando alguien dice que no come carne, es lo anormal y pasas a ser una rara. Es lo que tiene la vida…
Creo sinceramente que aunque tú, que me estás leyendo, no seas vegano ni vegetariano, ni siquiera te lo estés planteando en un futuro próximo, deberías ser consciente al menos de la ingente cantidad de carne que consumes cada día, y de lo que nos estamos alejando de la idílica dieta mediterránea que tan famosos nos ha hecho siempre. Así que si estas recetillas que voy cogando te sirven, y sirven para que un día en vez de utilizar sobrasada, o paté de hígado de cerdo, o un bocata de embutido, te pongas de cocinitas y ese día hagas una comida más saludable y sin sufrimiento animal, me daré por satisfecha 🙂
Y dicho lo cual, vamos al tema…la recetilla de hoy es típica del Líbano, y tiene una historia que a mí me encanta. Literalmente, la palabra Baba Ghanoush significa «coqueto y vicioso» Según la fuente de «Directo al Paladar», donde también está la receta original, en Siria y Palestina es muy popular la creencia de que las mujeres que consumen este plato acaban adquiriendo las cualidades del plato (lo cual provoca que por la misma razón haya personas que no la tomen)
Los ingredientes son fáciles de encontrar, y en estas fechas es cuando se han recogido las berenjenas, el ingrediente principal, así que cuanto más aprovechemos las verduras de temporadas más colaboraremos a la sostenibilidad ecológica de nuestra zona. El único ingrediente quizás más complicado de localizar es el tahini o tahina, que es una pasta de semillas de sésamo. Se puede hacer en casa (os dejo una receta súper sencilla del blog de Javirecetas aquí), o bien comprarla en tiendas árabes que suele haber en todos los lugares (carnicerías halal), donde siempre tienen. Y si no tienes ganas ni tienda a mano, pues no lo echas y ya está. A mí me gusta porque le aporta al plato un sabor suave y sútil y el sésamo es una fuente importante de calcio, así que todo son ventajas. Yo compré este bote hace mil años y como es grande y se necesitan cantidades pequeñas, te dura un montón. Así que tú decides.
La receta original que os dejo es para hacerla con 2 berenjenas, lo cual nos da un plato generoso de babaganoush para dos o cuatro personas, según el pan y el apetito que tengais. Lo que pasa es que yo sólo tenía una en ese momento y le puse la mitad de todo para hacerlo.
Vamos a necesitar:
- 2 berenjenas
- El zumo de medio limón
- 1 diente de ajo (no muy grande, más vale quedarse corto que no ir atufando todo el día al personal)
- 1 cucharada de comino en polvo
- 1 cucharada de tahini (opcional)
- Pimentón para adornar.
La receta original se hace en el mortero, como nuestro típico ajoaceite, pero yo que siempre ando de correprisas no tenía ganas ni tiempo de hacerlo así, con lo que usé la batidora, que tal vez no nos de una textura tan buena, pero el sabor sí que no cambia.
Lo primero que hay que hacer es asar la berenjena. Yo aprovecho cuando enciendo el horno y aso las berenjenas, varias patatas, pizza si me surje y si no un bizcocho…así aprovecho el calorcete. Lávalas, pártelas por la mitad, da unos cortes transversales y después de salarlas, déjalas reposar para que suelten el amargor mientras el horno se precalienta. Luego las introduces al horno durante 40-45 minutos a 180 grados. Se te quedarán así:
En la receta original cuyo enlace de Directo al Paladar he puesto más arriba, primero en el mortero o almirez hacen una pasta con el ajo, tahini, comino, la sal y el zumo de limón. Yo hice lo propio pero mezclándolo en el vaso de la batidora. Una vez hecha la pasta y enfriadas las berenjenas, les quitas la piel, las troceas y las añades al vaso. Añade un poco de aceite para darle más textura y rectifica de sal si fuera necesario.
Para servir nuestra crema de berenjenas le ponemos por encima un poco de aceite de oliva y el pimentón para decorar. Con tostadas, untado en pan, para dippear con verduras…¡¡es un plato irresistible!!
Así que buen provecho 🙂
Y ya sabes, si lo has hecho y me quieres contar qué tal ha sido tu experiencia, soy todo ojos para leerte 🙂
Abrazos.
Me gusta mucho el baba Ghanoush. Además he probado el tuyo u está delicioso 🙂 me encanta como te explicas y los detalles que cuentas! Probaré hacerlo 😉
Gracias bombón, sigo echando más ajo de la cuenta, que a mí me encanta, pero te tienes que pasar la tarde en casa o le vas repitiendo el saborcete a ajo a todo aquel que se te cruza :P. Lo he hecho con la berenjena frita, asada, con batidora y con mortero. Y cualquiera de ellas sale deliciosa, así que si pruebas a hacer la receta me lo cuentas!!